La estructura organizativa más conocida hasta la actualidad ha sido la estructura jerárquica vertical. Esta estructura jerárquica, de forma piramidal, está marcada por la autoridad, recayendo la responsabilidad y las decisiones especialmente en la parte alta de la pirámide.
Aunque ha sido una estructura que han adaptado todo tipo de empresas, tanto de producción como de servicios, la estructura jerárquica está pensada para trabajos con procesos claros y repetitivos, con entornos estables. Se caracteriza por ser una estructura productiva y eficiente en trabajos que no requieren innovar ni crear, si no únicamente producir. Este sería el caso, por ejemplo, de las cadenas de producción industriales.
Pero, ¿qué está ocurriendo en la actualidad que es necesario que sepas?
Lo primero de todo, es que nos encontramos en un entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, por sus siglas en inglés). Es decir, nos encontramos con un mercado altamente dinámico y lleno de incertidumbre, donde la innovación y la creatividad se convierten en dos ejes necesarios para ser competitivos. Lo segundo, es que esta estructura jerárquica vertical es una estructura poco flexible que no facilita la innovación ni la creatividad. Por lo que cada vez más empresas están visionando esta necesidad de cambiar la estructura organizativa pasando de ser jerárquicas a ser adhocráticas, estructuras planas donde todos los miembros tienen alta responsabilidad y autoridad.
Las empresas con este tipo de estructura son más ágiles y flexibles, los trabajadores presentan alta autonomía y libertad y suelen estar más motivados. Empresas donde la comunicación fluye mejor y con más transparencia. Además este tipo de organizaciones permiten estar a las personas más cerca del cliente, se trata de organizaciones más cliente céntricas, empresas que toman decisiones pensando en el cliente y que evolucionan para dar lo mejor a sus clientes. Las estructuras adhocráticas se basan en una gestión por proyectos, en un proyecto determinado hay un equipo multidisciplinar y las personas ejercen sus funciones en base a sus talentos.
La cultura adhocrática se centra en la creación de VALOR, es la estructura necesaria para esta nueva etapa altamente cambiante y competitiva.
Y ahora viene lo importante que debes saber, esta estructura adhocrática cada más en tendencia reconocida y necesaria para las empresas, está relacionada con el Job Crafting. Y, probablemente dirás: ¿Qué es esto del job crafting?
Normalmente cuando una empresa requería ampliar plantilla buscaba a alguien para cubrir las funciones de un puesto de trabajo determinado. Con el job crafting las empresas no buscan cubrir puestos, buscan los talentos de las personas, se centran en la persona. En función de los talentos de la persona se incluirá en unos tipos de proyectos u otros.
Es por ello que en esta nueva etapa aún se hace más necesario el autoconocimento, saber cuáles son nuestros talentos, saber en qué somos buenos y qué es lo que nos gusta hacer. Porque eso es lo que va a dar valor a la empresa que nos quiera contratar y porque gracias a ello haremos un trabajo que nos gusta, que nos haga sentir satisfechos.
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